Cuando se trata de conducir un vehículo, la visión clara es esencial. Es por ello que, durante los exámenes de salud para obtener o renovar la licencia de conducción, se determina si el aspirante necesita usar anteojos o lentes de contacto para una visibilidad adecuada. No cumplir con esta disposición y conducir sin la corrección visual requerida no solo pone en riesgo la seguridad sino que también puede llevar a una sanción económica.
Sin embargo, lo que muchos conductores quizás desconocen es que incluso el uso de ciertos tipos de anteojos mientras se conduce puede resultar en multas. La advertencia de la Dirección General de Tráfico va más allá de los anteojos de sol o de no usar la prescripción adecuada que figura en la licencia. La restricción se extiende a los anteojos de lectura de venta libre, aquellos que se adquieren sin una prescripción personalizada y que tienen graduaciones generales.
La razón de esta prohibición es que el uso continuado de anteojos de lectura no personalizados puede causar distorsiones visuales. Dichos anteojos no están diseñados para corregir defectos visuales específicos, como la miopía, y su uso al volante puede no garantizar la visión nítida que la conducción segura requiere.
Si se detecta que un conductor utiliza este tipo de anteojos durante la conducción, las autoridades pueden imponer una multa de 200 euros considerándolo como una falta grave. Esto subraya la importancia de usar una corrección visual adecuada y personalizada para la seguridad vial.